lunes, 21 de mayo de 2007

¿Como intentar salir de la ignorancia?

“Uno empieza a pensar la vida cuando se da por muerto”.
(1) Fernando Savater. “Las preguntas de la vida”, Pág.32.Ariel 1999.

"La noche inmediatamente anterior no dormí. El día del 21 de abril de 2007, viví la tensión más agradable de la que tengo recuerdo. Tenía el estomago en la boca. Esperaba las 5 de la tarde con impaciencia. Llegue a MAR AZUL, el sitio acordado para el encuentro preliminar y aparecieron los emisarios que nos conducirían a la Casa Grande. Íbamos como en una procesión, la gente nos miraba asombrados, con respeto, en silencio. Creo que percibían el valor de nuestra trascendental decisión.
Me entregue con confianza, indefenso y desnudo. Asumí con sinceridad la oscuridad, la ignorancia y la muerte. “Es la conciencia de la muerte la que convierte la vida en un asunto muy serio para cada uno, algo que debe pensarse. Algo misterioso y tremendo, una especie de milagro precioso por el que debemos luchar, a favor del cual tenemos que esforzarnos y reflexionar.”(2) La conciencia de la muerte, nos despierta en el significado de nuestra humanidad personal, nos permite encontrar nuestro compromiso vital: ser seres humanos.


El hecho de poseer una entidad biológica, no nos garantiza el desarrollo de nuestra humanidad. Nacemos humanos, pero no logramos serlo sino hasta después. Aprendemos a ser seres humanos ... El único camino hacia el intento de construcción de nuestra humanidad, es la significación. “¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía! La llave que abre las puertas de la significación es el semejante.

Aire, Agua, Fuego, ¡la vida misma! Ruido, desorden, pasiones, celos guerras, imperfección humana. Luchas y batallas por la Dignidad y el Derecho en pro de la Virtud y la Inocencia ultrajadas; no retroceder. El amor al prójimo ardiendo en nuestro pecho “No hagas a otro lo que no quieras que te hagan a ti” ...


...Mi sangre derramada es un sacrificio sincero y profundo. Lavando mi espíritu, huiré siempre de la amargura esperando sentir el dulzor de la luz, la paz y la plena conciencia. Me esculpiré a mí mismo. No defraudaré. "...
(2) Ibíd. Pag.32

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