jueves, 12 de julio de 2007

Hasta que la muerte nos separe







Las siguientes son las palabras que pronuncié en el matrimonio de mi hija mayor el 21 de Abril inmediatamente anterior, permitanme compartirlas con ustedes:

"Hoy es un día maravilloso en nuestras vidas. Lo que veo y siento es la fuerza de una gran ASAMBLEA. LA ASAMBLEA de la SIGNIFICACIÓN. La admirable y encantadora familia Osorio, mi familia, todos nuestros soberbios, fascinantes, amigos y hermanos. Somos un solo corazón. Un solo SIGNIFICADO, un solo torrente de fuerza, de unión.

Hace algunos días, en esos momentos difíciles en que uno busca desesperadamente ayuda y respuestas, pensaba yo en lo que era la eternidad y encontré en el diccionario: Perpetuidad sin principio sucesión ni fin. Pero dije: Es que soy de carne y hueso, tengo principio y fin. Entonces no puedo ser eterno. Tiene que existir la posibilidad de ser eterno. La eternidad existe. Está aquí, en algún lado, la percibía, la olía. Sentí su celaje. Es real.

Creo que en un momento me llegó una luz, de esa que encandila. La unión en matrimonio de dos mágicos seres humanos, como relevos del amor y de la vida, ESA ES LA ETERNIDAD, cuando la vida se releva, cuando otros toman el testimonio y uno empieza a retirarse con prudencia y en silencio. Allí empieza uno a ser eterno. Cuando otros empiezan a trabajar decididos por la construcción de humanidad. Eso son Natalia y Edgard dos comprometidos orfebres de la eternidad. Dos relevos.

Hace muchos años leí un libro maravilloso La Canción del Verdugo Premio Pulitzer 1980) del escritor y periodista Norman Mailer, donde narra la historia de Gary un reo condenado a muerte. Próximo a ser ejecutado, Gary Gilmore le envía quizás, la última carta a su amada Nicole, de la que he seleccionado algunos apartes.

“…En un tiempo me embarqué muy a fondo en la búsqueda de la verdad. Era una Verdad muy rígida e inflexible, una sola y única línea recta que excluía todo lo que no fuese ella. Un tipo de Verdad simple, elemental y sin adornos. Y, si bien nunca quedé satisfecho del todo, encontré muchas verdades. El coraje es una verdad. La superación del miedo es una verdad. La integridad, el no mentirse a uno mismo, es una verdad. Hacer honor a las promesas es una verdad. Decir que Dios es verdad sería demasiado simple. Dios es eso y mucho, mucho más. Descubrí esas y otras verdades… Encontré un montón de verdades. Pero mi hambre seguía, y es cierto lo de que el hambre es una buena maestra. De manera que continué buscando. Y un día me sonrió la suerte: busqué en tus ojos y allí encontré lo que tanto tiempo había estado escapándoseme: una verdad sencilla y serena, una honda, profunda verdad personal de amor y belleza."

Natalia y Edgar:

¡a trabajar que la calle está dura¡ (Como decía Héctor Lavoe) "

1 comentario:

Turquesa dijo...

Que papà tan espectacular, sacar todo el corazòn el sentimiento y encontrar palabras exactas para un momento tan significativo refleja la profundida de un gran ser humano, Dios les permita a NAtalia y Edgar crecer como esposos en amor y felicidad!