En un programa de televisión, aquí en Colombia, mostraban el trabajo que realizan en un centro de estimulación para bebés, y mi cerebro hervía. ¿Será que esos bebés si están asimilando la cantidad y variedad de estímulos a la que son expuestos y exigidos? ¿No será que ellos, con lo que pueden encontrar en cualquier ambiente familar, pueden desarrollarse? ¿No será que nosotros los adultos somos unos necios? ¿Será que los órganos y sistemas de esos bebés están lo suficientemente maduros para asimilar el bombardeo de estímulos?
Encontré en Motricidad: Aproximación Psicofisiólogica de Rigal, Paoletti y Portmann, Edit. Augusto E. Pila Teleña. Madrid 1979, que maduración es el proceso fisiológico, geneticamente determinado, por el cual un órgano o un conjunto de órganos llega a una madurez y permite a la función, por la cual es conocido, ejercerse libremente y con el máximo de eficacia. Pienso que en la mayoría de los casos una estimulación de este tipo no produce nada, es sólo una pérdida de tiempo, simplemente porque el bebé no ha alcanzado un grado de maduración adecuado para asimilar nuestra ansiedad de tener un superniño.
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